Dicen que para crear un hábito, sobran 21 días. Pues empecemos por el viernes.. Así en unos meses, habrás hecho un montón de kilómetros, habrás dejado de emitir un montón de gases contaminantes a la atmósfera y habrás contribuido a que nuestra ciudad sea más limpia, más sostenible y por tanto, más feliz.
1. Para ir al colegio: el niño/niña llega contento, sonriente, aparca su bici en el aparca-bicis (¿tu colegio no tiene? Pídele al Ayuntamiento que ponga uno...). Ese día es más feliz que una perdiz. Y está deseando que acaben las clases para montarse de nuevo en su bici y darse unas vueltas por el patio. Y en los coles están promoviendo la BiciEscuela, infórmate.
2. Para ir al trabajo: no hay excusas. NO vas a llegar sudando, que a las 9 de la mañana hay 12 grados nada más. Moverás las piernas, moverás el corazón. La sangre circulará por tu cuerpo y subirá a la cabeza, poniéndote un color sonrosado en las mejillas... ¡Estarás más guapo/guapa! Y lo mejor, ¡no has tenido que aparcar a tomar por...!
3. Para ir a la compra: ¿de verdad tienen que comprar hoy la caja grande de detergente, el suavizante y los 5 kilos de patatas? con la barra de pan, algo de fruta y verdura del mercado, pasarás el día. Y todo eso, cabe en la cesta de tu bicicleta
4. Para ir a tomar unas cañas: es viernes, anoche estuviste de juevintxo pero solo viste a la mitad de la cuadrilla. Has quedado con la otra mitad, y llegas tarde. ¿Has probado a aparcar cerca del casco viejo un viernes a las 20:00 horas? Saca la bicicleta, hazme caso. Llegarás tranquilo, sonriente,, espejado. Y si bebés una caña de más, no tendrás que dejar el coche en zona azul hasta mañana. Puedes volver a casa andando junto a tu bici
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